AIRAM/ Albert Tió, Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología, Secretario de AIRAM (Asociación Independiente Recreativa de Autoconsumo y Medicinal) y miembro del Moviment Cannàbic Català, nos explica un poco más acerca de la actual situación de las Asociaciones Cannábicas en Cataluña a raíz de la primera Asamblea celebrada por este Moviment Cannàbic Català.
Bienvenido Albert ¿podrías explicarnos qué es el Moviment Cannàbic Català?
El Moviment Cannàbic Català o MCC es el nombre con el que bautizamos unos encuentros que tuvimos entre diferentes asociaciones con motivo de la organización del día de San Canuto el pasado 19 de enero, una jornada reivindicativa a la que dimos un aire festivo.
Después de varias asambleas y reuniones entre los grupos para intercambiar impresiones, debatir nuestro futuro y buscar soluciones a los problemas de las asociaciones en particular y de los usuarios de cannabis en general, se decidió que aquello no podía quedarse ahí, que debería tener una continuidad. Por ello, buscamos un nombre con el que poder identificarnos por un lado y ejercer de interlocutor y actor social, por el otro.
Representamos a una masa social de más de 100.000 personas asociadas e intentamos dar voz y defender los derechos de muchas personas usuarias de cannabis que no pueden o no quieren asociarse, defendiendo el autocultivo para uso personal y privado.
¿Qué grupos forman parte del MCC?
El Moviment Cannàbic Català lo conforman 50 asociaciones cannábicas que han dado su apoyo a un manifiesto consensuado. Empezamos unas 10 asociaciones, que pronto pasaron a ser 30, con las que se convocó una rueda de prensa, después de la cual ya sumamos las 50 y esperamos poder ir ampliando, ya que la única manera de conseguir que algo se mueva es mostrando unidad y fuerza. De lo contrario no van a hacernos ni caso.
¿Quién manda en el MCC?
Estamos hablando de movimientos sociales, por lo que esa pregunta no tiene sentido. Los movimientos sociales son, por naturaleza horizontales y democráticos, por lo que no se pueden identificar ni personas ni colectivos que manden, o al menos no deberían poder identificarse. De la misma manera, y hablo a nivel personal, me gustaría aclarar que, de momento, no se han asignado portavoces oficiales para el MCC. Tan solo se hizo para la rueda de prensa, a la que me ofrecí para participar, pero no me gustaría que esta misma entrevista creara polémica o suspicacias en ese sentido, ya que las sensibilidades están a flor de piel y jugamos con material muy sensible. Hablo a nivel particular y, en ese sentido, me identifico con los postulados que buscan profundizar en la democracia real, la época de los líderes toca a su fin. Es el momento de buscar formatos horizontales y participativos en las tomas de decisiones, será la única forma de devolver legitimidad a la política. Porque el tema del cannabis es eso: política, aunque también salud, economía, trabajo y sobre todo derechos y libertades. El MCC es asambleario, por lo que el que manda es la asamblea.
¿Cómo se financia el MCC?
Por el momento no necesitamos financiación, ya que no se han generado gastos. Lo poco que se ha necesitado para organizar el evento de enero se ha recolectado mediante donaciones de las diferentes asociaciones miembro, que no han pasado de más de 20€ cada una. Esto nos permitió pagar un seguro, producir las pancartas y octavillas, comprar comida y bebida para los artistas que participaron en los conciertos finales y organizar la rueda de prensa, para la que agradecemos la colaboración del Hemp Musem Gallery de Barcelona, que nos cedió el espacio de manera gratuita.
¿Cuáles son los objetivos del MCC?
Desde mi punto de vista, el MCC debería ser un lugar de encuentro abierto a todas las asociaciones. Un actor social con el fin de luchar por los objetivos comunes de los usuarios en general y de las asociaciones en particular, que son la normalización y desestigmatización de los consumidores por un lado y la regulación por el otro, para crear un marco de seguridad jurídica para las actividades y funcionamiento de las asociaciones cannábicas, que consideramos un bien social necesario como herramienta por la defensa de nuestros derechos y nuestra dignidad.
“La guerra contra las drogas ha fracasado. Ha llegado el momento de la regulación del cannabis”
Estamos hablando de la conquista de una libertad, por muy hedonista que pueda parecer. En definitiva, es una lucha por una libertad lo que nos une y eso tiene mucha fuerza. Contra eso no es fácil luchar, por lo que los poderes y las administraciones, con sus fuerzas de seguridad, deberían ser más inteligentes y tratar de encontrar una forma de resolver este conflicto de manera civilizada, ya que tienen la capacidad y nosotros les estamos proponiendo la manera de hacerlo. Estamos demostrando todos los beneficios y contraprestaciones sociales y económicas que tiene la existencia de estas asociaciones, cuya alternativa es dejar que el mercado negro y las mafias controlen ese mercado y seguir con esta política de lucha y guerra contra las drogas desde la perspectiva de la represión, en vez de hacerlo desde la perspectiva de la salud, la información y la sensibilización, mediante programas de reducción de riesgos y consumo responsable. La guerra contra las drogas ha fracasado. Ha llegado el momento de la regulación del cannabis.
¿Cuál será la siguiente acción o actividad del MCC?
Estamos en un momento crucial para el cambio, aunque es justo en estos momentos clave cuando cada palabra y cada gesto tiene que ser bien medido, ya que pueden estropear el camino andado y todos los equilibrios que hacen falta para que se produzcan todos los avances necesarios que anhelamos para conseguir esa conquista de libertad tan deseada.
Creo que no se trata tan solo de regular el cannabis. Están equivocados los que piensan que ese tema es poco importante y que hay otras prioridades, como han mostrado las recientes declaraciones del PSOE en el Congreso. Se trata de una transformación social que viene desde la sociedad civil organizada y éste puede ser un ejemplo muy importante de cómo se pueden cambiar las cosas si nos unimos desde la base social, sin partidos ni jerarquías, de la manera más horizontal posible. Es un ejemplo de la nueva sociedad y los nuevos valores de este nuevo siglo, que tanto se esperan por todas partes. Es el aire fresco que viene, los nuevos líderes – anti líderes. Porque ya no queremos seguir a alguien ciegamente, queremos participar en nuestro destino ante la ineficacia de este sistema pseudo-democrático. Por eso, solo los cambios y las decisiones que emanen desde abajo, o que hayan contado con una amplia participación de la sociedad civil, podrán poseer la legitimidad suficiente para ser aceptados y aprobados por todos.
La mayoría de la sociedad ya no cree en los partidos, estructuras fuertemente jerarquizadas y poco democráticas en las que el interés electoral prima sobre el general. Estructuras que, una vez en el poder, son fácilmente corruptibles, como partidos o como individuos, y la sociedad ya se ha cansado. Por eso no quiere más líderes ni líderes nuevos y populistas. Quiere poder participar en las decisiones. Derecho a decidir, pero no sólo sobre una rambla o un boulevard, no sólo sobre pertenecer a España o ser independientes sino también sobre si invertimos más en escuelas o en armamento. Sobre si es justo dejar a alguien en la calle porque no puede pagar. Sobre si perseguimos a un consumidor de cannabis mientras dejamos que las altas esferas sigan apropiándose de los bienes comunes. Ya no aguantamos más.
Pido disculpas si no he contestado directamente a la pregunta, pero es que siento la necesidad de expresar ese descontento y no me puedo aguantar.
Como ya he comentado, aquí decidimos todos y no seré yo el que adelante nada que no haya sido acordado previamente. Es lo que tiene la democracia real no representativa: es más lenta pero más legítima y más justa.
¿Cómo se puede contactar con el MCC?
Quien lo desee puede contactar con nosotros a través del email movimentcannabiccatala@gmail.com. De momento no contamos con más medios y ojalá no nos haga falta ser más fuertes. Eso significará que se han conseguido los objetivos. Aunque mucho me temo que la lucha va a ser larga, por lo que necesitaremos organizarnos más y mejor.
¿Habéis establecido contactos con alguna Administración Pública?
Ese papel lo están llevando a cabo las Federaciones. Son la forma jurídica correcta para hacer el papel de interlocutor y las que están desarrollando el modelo de regulación que proponemos y que hará un poco de guía de los pasos a seguir.
Existen dos federaciones en Catalunya y algunos participamos también en ellas, con los que la comunicación es fluida y se están manteniendo contactos a ese nivel. De momento, se ha contactado con diferentes partidos, tanto con los que están en el poder como con los que no, porque creemos que es del todo importante el consenso de todos los actores, en la medida de lo posible. Pero también se ha contactado con otros interlocutores sociales con los que es importante tener comunicación, ya que es un proceso transversal que atañe a muchos estamentos, entidades y poderes.
“No se trata tan sólo de regular el cannabis si no de una transformación social organizada desde la sociedad civil y un ejemplo importante de cómo se pueden cambiar las cosas si nos unimos desde la base social”
Por el momento, se han dado grandes pasos para acercar posiciones y poder ir con una única voz. De otra forma no tiene sentido. Hay que aprovechar el trabajo realizado hasta ahora y la sangre nueva que viene con mucha fuerza y tiene muchas cosas que aportar para enriquecer el desarrollo de este proceso. Si conseguimos eso y la administración está receptiva, daremos un gran paso adelante. Un paso que puede ser un modelo para otros países que, en este momento, están prestando mucha atención a todos los pasos que se están dando. No podemos defraudar. Tenemos una gran oportunidad, es una gran responsabilidad y queremos estar a la altura. Estamos siendo observados mundialmente.
¿Se debe conseguir apoyo del Ministerio de Interior y Sanidad? ¿Cómo es vuestra relación con ellos?
Se debe conseguir el apoyo en todos los frentes y departamentos. Más que el apoyo, creemos que deben participar activamente en el proceso. De momento no hay relación con este Moviment Cannàbic Català, recién creado, ya que todavía tenemos que ver cómo evoluciona, pero los activistas estamos haciendo un ejercicio de unidad en el que cada parte es importante y ahora el trabajo debe hacerse desde las Federaciones, ya que es el interlocutor que la administración considera más válido. Por eso, es importante que las asociaciones se federen para poder participar en el proceso, dar el paso de salir del anonimato y dar la cara, ser más legítimos al ser más y estar unidos.
El papel de esta unión de asociaciones en una Federación es más bien testimonial y reivindicativo, pero nos coordinamos con todo lo demás. Por eso, estamos expectantes ante lo que está pasando y no queremos dar un paso en falso, ya que parece que algo se mueve. Esta es mi opinión subjetiva.
¿Por qué tanto revuelo por la regulación del cannabis?
Por todo lo explicado antes. Estamos hablando de la conquista de una libertad individual, de un derecho fundamental. Y el marco jurídico creado por el movimiento asociativo no solo respeta y protege tanto a los usuarios como al resto de la sociedad, sino que aporta mucho en el campo de la salud, de la disminución de riesgos, de la información, de los usos terapéuticos, de los derechos de los usuarios lúdicos siempre en un marco de consumo responsable. ¿Por qué otras drogas que son mucho más dañinas y matan gente cada año sin aportar ningún valor terapéutico, son legales y el cannabis, que sí lo aporta y no ha matado nunca a nadie, ¿no lo es?
“Estamos hablando de la conquista de una libertad individual, de un derecho fundamental”
El que defienda el mercado negro como alternativa a este modelo, o tiene intereses en el mismo, o debe ir al oculista para no ver y entender toda esta argumentación. Sin haber entrado en la explicación económica, que es en la que se ha basado la propuesta de ERC para presentar la pregunta en el Congreso y la propuesta de crear una subcomisión para analizar la situación, desestimada gracias a los votos de los dos partidos mayoritarios. Es justamente aquí donde se encuentran los brotes verdes de la economía, o por lo menos, podría tener un efecto revulsivo. ¿Cuándo se va a escuchar a la ciudadanía? ¿O es que solo si viene por una sentencia de la Unión Europea, como en el caso de los desahucios, se dan cuenta entonces de que están yendo en contra de la población? Ellos mismos están cavando su propia tumba.
Hemos podido conocer diferentes organizaciones que luchan por la regulación del cannabis, pero ¿en qué se diferencia el Moviment Cannàbic Català con respecto al Fed Cac y al Cat Fac?
Como he explicado antes, Moviment Cannàbic Català es un movimiento social sin forma jurídica que no pretende más que ser una plataforma reivindicativa de unión entre los diferentes actores sociales e individuos que están por una legalización, cuyo paso previo es una regulación. Las Federaciones son agrupaciones de asociaciones que pueden tener un papel crucial en una hipotética regulación, ya que pueden ser un órgano que ordene, defienda, proteja y vele por las buenas prácticas de las asociaciones en el cumplimiento de la ley y ante posibles abusos de las administraciones sobre ellas. Desde aquí hago un llamamiento a todas aquellas asociaciones que todavía no están federadas, para que se federen. Da igual si es en una u otra federación, ya que los puentes ya están creados entre las dos. Lo importante es estar todos juntos y bien organizados y ahora las Federaciones necesitan la fuerza de todas las asociaciones, ya que son ellas las que están tirando del carro y destinando toda su energía, tiempo y esfuerzo en conseguir ese objetivo que todos queremos. Es necesario estar todos ahí.
¿Por qué os sentís “desprotegidos jurídicamente”?
Porque muchos estamos imputados e incluso en algunos casos se ha imputado a trabajadores de las asociaciones, por el simple hecho de estar contratados por las mismas. La policía acosa en la calle a las personas asociadas, incauta material que las mismas simplemente se llevan de un espacio privado a otro para consumir libremente en ellos, tal como la ley permite. ¿Qué daño están haciendo esas personas? ¿No se podrían destinar todos esos recursos a combatir el crimen, la corrupción, la inseguridad, o ayudar a la gente que de verdad lo está pasando mal y sufriendo en esta época de incertidumbre y escasez de trabajo y dinero?
Hablando de inseguridad jurídica, ¿va a cambiar a partir de ahora la situación?
Ese es el primer objetivo: tener una seguridad jurídica para poder trabajar en un proceso sin estar amenazados. Esta es nuestra fuerza, hemos construido una realidad y no hemos pedido permiso. Y esa realidad funciona y tiene sentido. Somos mucha gente que avala y defiende esta premisa. No podemos estar todos equivocados. Pero si ellos piensan que sí lo estamos, discutámoslo. Pero que no nos amenacen ni nos encarcelen, por favor. Eso no es nada democrático y tan sólo nos convertiría en héroes de esta Revolución Verde. Seamos constructivos e imaginativos. Hace mucha falta para salir del agujero en el que estamos metidos como sociedad y en el que nos han metido muchos de los que se oponen a este proceso.
Para concluir, reforzar de nuevo lo que inicialmente presentamos en el Manifiesto del MCC: exigimos una nueva política regularizadora para el cannabis, ¡regulación ya!
Barcelona, 17 de mayo de 2013
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