L@M/ Que nos detengan a todos los consumidores de marihuana. Quedemos un día, cada uno con un cogollo «vendao», con una etiqueta adherida donde se lea 10 céntimos; señor agente, vendo marihuana, no diré más si no es en presencia de mi abogado;  así, uno tras otro. No nos podrían arrestar a todos.

El acoso a los Clubes de Consumidores de Cannabis es crónico. Este fin de semana ha sido en Galicia. Casi al mismo tiempo que se iniciaba en los juzgados de Pontevedra el juicio contra el impulsor del primer club cannábico que se creó en la ciudad, se intervenía el local y el cultivo de otra asociación. Han sido detenidas tres personas y se han incautado de cinco kilos de marihuana. Queda esperar que queden absueltos, como es costumbre. La administración prefiere que los socios que necesiten cannabis lo adquieran en el mercado negro, más rentable para los corruptos.

Aunque, hoy en día, el acoso ya no es privilegio de usuarios de drogas o marginados, se ha democratizado a casi la totalidad de la ciudadanía. En Zaragoza, hartos de identificaciones injustificadas (sin cacheo), un grupo de personas ha intentado hacer una entrega masiva de dnis en comisaria (a la policía no le ha parecido un buen momento). «Ante la escalada de identificaciones arbitrarias, detenciones o multas por ejercer nuestro derecho de libertad de expresión en la ciudad, acudimos a la Jefatura Superior de Policía de Aragón, en el paseo María Agustín a identificarnos masivamente, y si lo creen necesario, #QueNosDetengan.»

Pero no nos pongamos nerviosos los usuarios de cannabis ante iniciativas populares que buscan poner en evidencia a la administración y dejemos que las ideas disparatadas las desarrolle la  tercera edad. Los fumetas tenemos que ser más serios.