Imagen de la biblioteca de Iniciativa Popular pro Legalización del Cannabis en España.

L@M/ Vacilaba el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, de las incautaciones de droga del primer trimestre del año. La tontería se transformaba en risa floja cuando el diputado del PNV Emilio Olabarría aseguraba que podría citar nombres de ministros, jueces y mandos policiales que han consumido drogas ilegales. «Le podría citar y no lo voy a hacer», decía jocosamente. Toni Cantó, diputado de UPyD, también se lo pasaba en grande. Un rato divertido. Después, el Ministro eludió el asunto, prefería guardar silencio, y santas pascuas. El vídeo publicado por El Mundo es muy elocuente.

La escena se desarrolló hace un mes. ¡Qué descaro!, reírse así del personal. Al Parlamento no irá ningún dispositivo policial a cachear a sus señorías ni a hacerles controles de dopaje. Sin duda lo merecen, antes de entrar a prisión por tanta farsa, sea por cuestión de drogas o de educación o de sanidad o de economía,…, que tanto daño provoca.

Entre los ministros, el más capacitado para ejercer de camello, por su cartera, es el de Interior. Ahora mismo, de hachís deben de andar servidos, con tanto alijo decomisado (más de 85 toneladas en dos días, más que en el primer trimestre de 2013). Y de marihuana lo mismo, que hay dependencias policiales hasta los topes habilitadas como secaderos oficiales. Igual es por eso, de tanto cannabis que consumen los miembros del gobierno, que no recuerdan lo que dijeron o a lo que se comprometieron, que no les salen las cuentas. Igual Rajoy, nuestro Presidente, no comparece de tanto amarillo. 

Quizás, en vez de afiliarse a un partido, deberían haber montado un Club de Consumidores de Cannabis, pero, claro, el trapicheo es más difícil. Con las facilidades de negocio que ofrece una cartera ministerial y lo que les gusta cobrar de más a quienes gobiernan.

De todos modos, es mucho especular que sus señorías le den al cannabis (se les vería más relajados). No es muy probable que sea esa la droga ilegal de la que el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, haga uso, si es que lo hace, cuando acude a una casa de citas (según comentó en Telecinco su tocayo Vestringe, no sería la primera vez que se da el gusto). En estos clubes, el ambiente es más de cocaína, aunque marihuana y sexo femenino puedan conjugar muy bien.

Que nadie dice que el Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, consuma coca cuando se va de putas. Pero, dado que el señor Olabarría no ha desvelado quiénes de los ministros han consumido ni en qué condiciones, la probabilidad existe. Mientras no se cambie la ley, todo Dios es sospechoso. Y mejor pensar que los miembros del gobierno consumen drogas ilegales en circunstancias de alterne que no desarrollando leyes y aprobándolas en el Parlamento, en perjuicio de la mayoría de ciudadanos. Aunque, a la vista de cómo están las cosas, no tienen sentido común ni para drogarse.

Javier Elzo, catedrático de sociología y colaborador de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), ha definido dos perfiles de consumidores: «el hedonista ilustrado que calcula sus planes para prolongar su diversión y evitar hacerse daño y el ‘Jouisseur’ que está dispuesto a morir por el gozo». Para realizar una «precisa» identificación, el catedrático de sociología ha afirmado que hay que conocer cómo el individuo se acerca al consumo y qué actitud toma ante la experiencia y sus riesgos.

Estaría bien que las personas consumidoras del equipo de gobierno se soltaran y contaran su experiencia personal para poder ser catalogadas por la FAD.  Así se entretiene la organización que dirige Eusebio Megías, mientras la sociedad se desangra.