L@M/ La asociación Movimiento Asociativo Cannábico de Autoconsumo (La MACA) informa que hoy la regiduría de Sants va a clausurar injustamente el local social de la asociación por venta de marihuana cuando todavía ningún juzgado les ha condenado por ello (por eso se convoca una acción en frente del local de la MACA a las 10:30 h).

Es el enésimo intento por criminalizar usuarios y asociaciones («acabar con la banalización del cannabis», le llama eufemísticamente el delegado del Gobierno Francisco Babín). Aunque de estas acometidas nacen grandes victorias en los juzgados (como las devoluciones de marihuana), este juego sucio desgasta mucho.

Es una lástima que no haya organización entre los consumidores de cannabis, a pesar del incremento de asociaciones y clubes y del motor normalizador que supone la industria del cultivo y su prensa, a pesar de internet. El mismo lamento que en el artículo sobre el acoso a la Sociedad de Estudios de Cáñamo de Aragón (SECA).

La prensa cannábica se preocupa más de servir de soporte publicitario a la industria del cultivo que de formar una conciencia crítica. Y si los consumidores dependen de la prensa generalista, están perdidos.

Hay declaraciones de las propias asociaciones que ante intervenciones policiales las justifican (por culpa de otra asociación, por culpa de un socio, porque la policia pasaba por allí,…). Y seguro que eso también sucedió.

Pero no señalan a quien dirige esas acciones. Defienden la inocencia propia, pero no denuncian a los culpables de la situación (y si a alguien se le ocurre, se le hace hueco en el catálogo de conspiranóicos, en un ejercicio de desacreditación). Y así cuenta la prensa cannábica. Y sucede que los consumidores y asociaciones discuten entre sí.

¿Cómo se va esperar hoy que los consumidores de cannabis tengan una percepción clara sobre quiénes son sus enemigos, sobre cuál es la realidad?