L@M/ En Corea del Norte, «todos los usuarios de drogas se enfrentan a un pelotón de fusilamiento en caso de ser capturados». Con esta amenaza publicitada en escaparates comerciales, el gobierno quiere acabar con el uso de metanfetamina en el país. Sin embargo, no considera el opio y la marihuana como drogas.

Visitantes que regresan de Corea del Norte hablan de plantas de marihuana que crecen libremente en las cunetas de la carretera, desde el norte de la ciudad portuaria Chongjin, hasta llegar a las calles de Pyongyang. Las plantas de cannabis también bordean la línea del ferrocarril, ayudando a mantener firme la base de los raíles, dada la profundidad que alcanzan las raíces.

La marihuana en Corea del Norte no es tan fuerte como en occidente y se emplea como calmante, no tanto por su aspecto lúdico. Después de un día de duro trabajo físico, es común que los trabajadores fumen marihuana como una forma de relajarse y aliviar los dolores musculares. La hierba es barata y fácil de obtener, aunque no la promocionan ante los turistas.

Lían los porros con papel de prensa. El preferido es el diario Rodong Sinmun, aunque con cuidado, hay que usar las partes donde no hayan fotografías de líderes políticos; para protegerlas, está prohibido hasta doblar el periódico.

Struggle is the Enemy, Weed is the Remedy: The Truth about Marijuana in North Korea, visto en www.jackherer.com