El pasado día 19 en Barcelona a las 12’45h se celebró la ceremonia de despedida de un gran defensor del antiprohibicionismo durante toda su vida y de la legalización de la marihuana en particular durante las últimas dos décadas. Gaspar Fraga falleció el pasado 17 de octubre dejando tras de sí una gran cantidad de amigos en el movimiento cannábico y en el ciberespacio, especialmente en los foros de cannabiscafe. Después de tres o cuatro días de digerir la mala nueva y aceptar lo que ya era una realidad, vaya pues desde aquí nuestro emotivo homenaje a través de esta escueta nota.
Para comprender tan solo un poco la forma de ver la vida de Gaspar por lo menos hay que saber como la vivió. Este niño malo del underground barcelonés, hijo de un exiliado del POUM y estudiante de Filosofía por la Soborna, participó activamente en el mayo del 68 francés y por culpa de una fotografía que delataba su afición al cánnabis fue uno de los primeros fumetas llevados a la cárcel donde compartió ‘honores’ con el mismísimo Marcelino Camacho (el legendario lider sindical de CC.OO) o el cantante Miguel Rios. Amante incondicional del hedonismo, de espiritu hippie, inconformista y rebelde, agitador cultural, reportero, escritor erudito y como su nick indica(ba) y a su manera… Freaky.
Impulsor y director editorial de la revista independiente Cáñamo, revista que se forjó en una asamblea de consumidores en la sede de Barcelona de la Associació Ramon Santos d’Estudis sobre el Cannabis (Arsec) y ligada a la legendaria librería Makoki. Para Cañamo han escrito artículos personalidades como Albert Hofmann, Jonathan Ott, Antonio Escohotado o Alexander Shulgin. Desde Cáñamo y bajo su línea editorial, se impulsó el cultivo personal de cánnabis , el nacimiento de las grow shops, los clubes de fumadores y una serie de batallas legales relacionadas que han cambiado en estos últimos quince años las costumbres y los consumos de los españoles.
Durante el último mes de su vida, a través de sus notas en el cannabiscafé, fué aceptando más rápido de lo que él deseaba su incipiente final. Relató con detalle y valentía muchas de las circunstancias que tuvo que vivir durante este último medio año y simplemente una vez aceptado lo inevitable, nos dejó para siempre tras varios meses de dura lucha.
El hedonismo nos rodea por completo en nuestra actual civilización. Desde la comodidad de un zapato hasta la ergonómica de un asiento. Es probable que hayamos batido todos los récords históricos del placer en nuestra actua sociedad. En y de todos los sentidos. Lo que más vende es lo que proporciona el mejor placer. Incluso en términos morales es preponderante la adquisición de placer. A pesar de la hipocresía reinante. La moral, que está desterrando el tabú religioso, va conformando al tiempo un caparazón hedonístico hecho a su medida represora, dentro de los márgenes que ella delimita todavía. Pero la moral también se ha construido una base de ergonómica para sí misma que la capacita para ser aceptada por el vulgo. Nunca, como hoy en día, la moral dominante ha sido tan iconoclasta. Incluso, y aun en contra suya, acabará aceptando el súmmum del placer hedonista: todas las actuales sustancias ilegales. Al fin y al cabo, ya fueron gozadas por los primigenios hedonistas de la Humanidad. Mientras tanto deseemos que no se nos conviertan todos los placeres en virtuales. Saldremos perdiendo incluso en nuestra morfología humana y nos convertiremos en humanoides filiformes. Aunque eso sí, al tope del hedonismo virtual.
Gaspar Fraga ( 1944-2009 )
Gaspar no perdió nunca la conexión con la contracultura, a la que ha servido fielmente hasta el final de sus días y el mejor homenaje que le podríamos hacer es seguir en la lucha de la normalización del cánnabis.
Despidámonos con su cita preferida, una de John Stuart Mill:
Sobre sí mismo, sobre su cuerpo y sobre su mente; de la piel para adentro, el individuo es soberano
que fume en paz el amigo que marco un antes y un despues para los fumetas de este pais