«Estoy por la legalización. Me parece contraproducente que los Gobiernos dejen el negocio de las drogas a los malos. Odio que ese dinero vaya a las mafias, que son el peor enemigo de la democracia. Intento que lo que consumo no haya pasado por manos sucias» .
Manu Chao. La vida libre, una entrevista de Diego A. Manrique (escrita para El Pais), quien lo presenta «como músico ambulante, fuera de reglas y convenciones. También ha alcanzado categoría de símbolo, al implicarse en luchas sociales». Manu Chao regresa con un nuevo disco titulado ‘La Radiolina’, saturado de críticas sociopolíticas como es su costumbre, disponible a partir del 3 de septiembre.
«Para grabar funciona muy bien algo de marihuana. Sin embargo, fumar no le viene bien al directo, es preferible un chupito de algo. El alcohol es peligroso en el estudio; al rato, lo que quieres es dejar la computadora e irte a un bar. La maría también tiene consecuencias: no te deja soñar, puede darte pesadillas».
Se anima con el asunto de las sustancias. «La más traicionera es la cocaína. Su mera existencia da mal rollo. Cuando vivía en Madrid, salíamos de marcha por Malasaña; entonces, el combustible del barrio era la coca. Y la gente se pasaba las horas buscando la siguiente raya. Como nosotros no consumíamos, nos manteníamos frescos y nos miraban con sospecha: «Putos franchutes tacaños». ¡Se corrió la voz de que Manu tenía la mejor coca, pero no invitaba a nadie! La coca es lo peor. Cuando se vende como crack, trae armas y violencia. He visto cómo destroza lugares y no es bonito».
«Me fastidia toda esa hipocresía. Cuando Mano Negra giró por Colombia [una aventura narrada por su padre, Ramón Chao, en el libro Un tren de hielo y fuego], la guerrilla nos dijo que no tendríamos problemas, pero que nos abstuviéramos de consumir drogas. ¡La misma organización que se financia cobrando impuestos por la coca y la marihuana! No les concedo el derecho a regular lo que yo hago con mi cuerpo».
Tiene la flexibilidad de reconocer que cada cultura genera su ritmo y sus apoyaturas. «En Cuba funciono con ron, como todos los nativos. Sé que hay marihuana, y dicen que muy buena, pero nunca he hecho nada por conseguir algo». Mejor: en el país de los Castro le tienen fichado. El pasado año, Manu visitó La Habana para actuar en la Tribuna Antiimperialista, junto al Malecón. En la recepción oficial, un repentista -según otra versión, un grupo de rumba afrocubana- le mandó un aviso musical, sugiriéndole que obviara las referencias a la hierba en su concierto. Asegura hoy que no recuerda recibir ese mensaje y que no se autocensura: «Si los periodistas cubanos me hubieran preguntado por las drogas, habría sido sincero con ellos; otra cosa es que publicaran mis opiniones». ¿Podría resumirlas? «Estoy por la legalización, con los controles que sean. Me parece contraproducente que los Gobiernos dejen el negocio de las drogas a los malos. Odio que ese dinero vaya a las mafias, que son el peor enemigo de la democracia. Intento que lo que consumo no haya pasado por manos sucias».
El Manu Chao de 2007 se revuelve incómodo cuando se menciona su activismo político. «Detesto que me consideren el líder de los antiglobalización, los altermundialistas o como quieras llamarlo. Primero, es un movimiento que no admite líderes. Perfecto: lo más fácil del mundo es corromper a un líder. Segundo, nadie me ve como líder, a algunos les gustará mi música y otros pensarán que soy un payaso. Tercero, es peligroso. Estuve en los actos contra el G-8, en Génova, donde la represión fue fortísima, hubo hasta un muerto. Ahora, los policías han reconocido que tenían orden de machacarnos. No quiero que me confundan con lo que no soy y vayan contra mí».
La verdad es que la excelente entrevista de Diego Manrique me ha reconciliado con Manu Chao, pero habría que puntualizar que el crack -o cualquier otra droga- no conlleva «armas y violencia» más que cuando está prohibido. A diferencia de lo que dice Manu, a mí me importa un bledo a dónde va el dinero que pago por mis drogas. Los responsables de que vaya a manos sucias son otros: los que mantienen unas leyes antidroga tan injustas como ineficaces. La pelota está en su tejado, no en el mío.
to optp por la legalizasion del esta droga,,la marihuana !!
encuentro q hace muy bien ,,,sirve para miles de cosas ,,mas alla de que sirve para una forma de medicina ,,se esta volviendo algo q daña mas aun a nuestro sistema de vida ,, de pobladores, ya que es ahy donde se encuentra en las fabellas , poblaciones, y gente se hace rica a cuetas de personas humildes,, en donde ellos utilizan de una mala manera el diner,, opto q cobren un impuestos a los proveedores de esta planta,,y haci utulizar estos dineros en gastos que se necesitan utilizarse,,siendo salud, educacion y asi esto originando trabajo !!!!!!!!!!!!!