La regulación de los ayuntamientos facilita el cierre de clubes

diez-mints_26910_1L@M/ En Donostia dejará de ser necesaria una orden judicial para cerrar un club de consumidores de cannabis. Cuando entre en vigor la ordenanza que regule los clubes en la ciudad, bastará para clausurarlos con que sus locales no guarden entre sí una distancia de 500 metros o de 300 con respecto a centros hospitalarios y educativos.

«No se prevén sanciones económicas en el caso de incumplimiento de las normas, pero sí directamente el cierre si las normas y los códigos no se cumplen», informa el diariovasco.com (1).

La medida de restringir la distancia con centros educativos es similar a la adoptada en Holanda. En Amsterdam, entre el próximo verano y enero de 2016, 200 coffee shops deberán cerrar por estar ubicados a menos de 350 metros de un centro educativo. «Una barbaridad», según Ferry de Groot, miembro de la Asociación de Venta al Detalle del Canabis. «Clausurar locales o restringir la clientela favorece la venta ilegal».

Las asociaciones donostiarras pasarán de depender únicamente de su no culpabilidad ante la imparcialidad de los jueces (que hasta ahora les han venido absolviendo) a estar pendientes, además, de factores externos tan aleatorios como que alguien (no es obligatorio que pertenezca a ningún servicio secreto) monte una guardería cerca, según la terminología empleada. 

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Quedará la opción de tratar de adquirirla. Es lo que se han propuesto 13 coffee shops de la capital holandesa: quieren comprar un colegio privado de secundaria que les afecta «para que se traslade a otro barrio les deje el campo libre». «No digo que no por definición. Habrá que ver la cifra ofrecida», señaló su responsable, Bas Roosen, provocando cierto revuelo. (2)

La inseguridad jurídica a la que se enfrentan los clubes de consumidores de la capital guipuzcoana ahora es mayor que antes, hay más motivos para desactivar su actividad y estos son ajenos al control de sus integrantes. Las asociaciones que se pronuncian, sin embargo, están a favor de esta regulación y la solicitud se extiende.

El mismo día que el pleno de San Sebastián aprobaba la regla por unanimidad, el Ayuntamiento de Alicante votaba en contra de la propuesta presentada por UE encaminada en la misma dirección, a establecer un «régimen de distancias» entre clubes y «respecto de centros educativos», así como a establecer un «Código de Buenas Prácticas» donde los clubes asumirían, entre otras medidas, el «compromiso de no tener contacto alguno con menores». (3)

El consumo de cannabis en lugar privado es legal. La venta, sin embargo, no lo es. Este contrasentido configura el vacío legal que ocupa, en estado de permanente inseguridad jurídica, el cultivo para consumo propio (sea de manera individual o colectiva).

La regulación que necesitan los clubes, cultivadores y consumidores de cannabis es la de la producción, distribución y venta. La regulación que hay sobre la mesa de los ayuntamientos españoles se ocupa de cosas muy distintas que no suponen ningún problema social. No hay documentados conflictos entre clubes y menores. En todo caso, hay menores que necesitan de cannabis para aliviar sus dolencias.

Sí está demostrada la participación de responsables de la Iglesia Católica en el abuso de niños, es pública su afición a la pederastia (por pedir, hasta piden perdón). Ni se cierran lugares de culto, ni se contempla que se ubiquen lejos de centros educativos, ni asumen el compromiso de no tener contacto alguno con menores, ni siquiera cumplen condena como dios manda. También Carlos Fabra está implicado en un asunto de abuso de menores y nadie se preocupa.

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Presuntamente, Carlos Fabra, ex presidente de la Diputacion de Castellón, lideraba una trama mafiosa que no sólo celebraba y filmaba estas orgías con menores, muchos de los cuales eran enviados desde un centro público tutelado cercano en Vinaròs, sino que se dedicaban a un amplio abanico de actividades ilícitas: la importación y venta de cocaína procedente de Panamá, tráfico de armas, trapicheos para resoluciones judiciales, favores políticos a empresarios, comercio de oro, etc… (4)

Si alguien necesita control y códigos de buenas prácticas son los políticos que gobiernan y la Iglesia Católica. Los clubes, cultivadores y consumidores de cannabis solo necesitan que les dejen en paz.

Si algún club, cultivador o consumidor de cannabis considera que debe solicitar que se controle su actividad con respecto a menores, por favor, que se humille a título personal, que no implique en el estigma a un colectivo tan hetergéneo. Lo recomendable sería que deje toda relación con el cannabis.

Enlaces:

(1) Donostia se convierte en la primera localidad en regular los clubes sociales de cannabis

(2) Comprar un colegio para no tener que cerrar el ‘coffeeshop’

(3) Moción presentada por EU

(4) Se decomisan plantas mientras se dejan asesinatos por resolver

 

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2 respuestas a La regulación de los ayuntamientos facilita el cierre de clubes

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